ESTUVIMOS EN EL VELÓDROMO OLÍMPICO PARA DEMOSTRAR A NUESTRAS JEFESITAS QUE SER EMO NO ERA UNA FASE, CHECA TODO LO QUE SALIÓ BIEN Y LO QUE NO TANTO EN EL WE MISSED OURSELVES
Para ser emos lo ánimos estaban bastante elevados, los delineadores y la ropa negra eran la única prueba del pasado emo de los asistentes porque ya no queremos usar pantalones apretados y ya no tenemos suficiente cabello para el fleco.
Se sentía una extraña familiaridad al avanzar en la fila para formarte, como si con cada paso que dabas fueras retrocediendo en el tiempo a una época en la que quizás éramos más felices sin saberlo.
La gente estaba ansiosa, pues aunque se anunció que las puertas abrirían a las 11 de la mañana, la realidad fue otra, además de que el poco personal que parecía haber en los accesos lo hicieron más lento.
Y ese es el primer punto en contra, cuando salió AXTY muy puntuales al mediodía había como 30 personas, literal había más gente de la que trabajaba en el festival que asistentes.
Lo cual fue muy triste porque la verdad es que los brasileños lo dieron todo, sonaron brutal en casi todo su pequeño set, con excepción de la segunda rola en la que se le fue el audio al micro durante toda la canción.


Para cuando salió Outline in color ya había un poco más de gente, pero aún se veía triste la situación y muchos parecían más interesados en ir a checar el stand de merca que tuvo una filota casi todo el día y las escasas opciones de alimentos y bebidas.
Outline in color reemplazó a Veil of Maya en el line up, la banda de Oklahoma toco bien, se notaban emocionados por su primera presentación en México y eso se contagió un poco en el público presente, pero aún no se sentía esa emoción.
Después de su presentación el vocalista se estuvo dando roles por ahí y muchas personas aprovecharon para tomarse una selfie con él.


Después fue el turno de Blessthefall, aquí fue cuando los ánimos subieron, aunque todavía había una fila enorme en la merca (que duró horas), la banda de Arizona fue la primera en verdaderamente atraer a la gente.



Aunque parecieron repetir algo del set que tocaron en mayo, quienes no tuvieron oportunidad de verlos entonces la pasaron muy bien, el vocalista saltó del escenario y se acercó al público, lo cual provocó gritos alocados de muchas chicas y uno que otro chico también.



Otros primerizos en nuestro país continuaron la fiesta, Fit for a King salió al escenario y aunque no parecían ser tan conocidos como la banda que les precedió la verdad es que su presentación fue muy buena.




Después vino el bajón horrible.
Debo confesar que no soy fan de Hawthorne Heights, pero aún así, dieron mucha flojera, había algunos pocos que sí cantaban las canciones pero en general toda su presentación estuvo muy floja, además de que tuvieron problemas con el sonido, sin duda bajaron los ánimos y emoción que habían logrado Blessthefall y Fit for a King.


Eso sí, el vocalista no se cansó de agradecer al público mexicano y mencionar lo grandioso que es nuestro país.


Entre cada banda había espacios de 20 minutos, lo que daba chance de ir a checar si ya había avanzado la fila de la merch o ir a pensar si de verdad convenía gastar 100 varos en una Maruchan.
Después para emoción de muchos, era el turno de Escape the Fate, emoción que la verdad no duró mucho, la banda salió casi 15 minutos tarde y como todas estaban cronometradas no pudieron reponer ese tiempo.



Y la verdad, fue afortunado, la banda sonó horrible, se veía constantemente a Craig Mabitt pedir que le subieran a su micro, no sé si estaban ebrios o tenían flojera o ambas, pero si no hubieran tocado en una de esas hubiera sido mejor.


Después fue el turno de Thursday, una banda que aunque tiene casi 30 años de estar tocando era su primera vez en nuestro país, la lluvia empezaba a caer, aunque ligera era constante.



Creo que tenías que ser muy del nicho de Thursday para verdaderamente disfrutar su show, no lo hicieron mal, sin duda mejor que las dos bandas anteriores, pero también se sintió como una presentación que pasó sin pena ni gloria.


Ahora sí agárrense, fue el turno de Killswitch Engage.


La banda fundada en Massachusetts estuvo BRUTAL, no se puede decir más, elevaron al máximo los ánimos de las y los presentes, su setlist recorrió de buena manera gran parte de su discografía, y aunque quizás se dejaron algunos éxitos fuera en su tiempo de 1 hora, todos quedaron más que satisfechos.



La banda constantemente habló con el público, el vocalista Jesse Leach estuvo casi medio toquín debajo del escenario acercándose a sus fans y conectando con ellos, la verdad sólo se puede decir, gracias Killswitch Engage.


Entonces el momento más esperado por todos, a las 9:10 de la noche salió al escenario Ronnie Radke y sus compañeros de Falling in Reverse, los gritos y emoción subieron al tope mientras veíamos en la pantalla el recorrido de la banda al escenario.




Falling empezó brutal y se quedó ahí, toda su presentación fue increíble, aunque no seas fan de la banda se debe admitir que Ronnie es un showman nato, los gritos de “viejo sabroso” y “que se encuere” no se hicieron esperar.
La gente se divirtió con Ronnie y él se divirtió con la gente, su ya conocida actitud algo engreída fue extrañamente un punto de comunión entre el público y la banda.
Su presentación fue increíble y divertida, y aunque tocaron unos minutos menos de los que tenían programados según los horarios, creo que todos quedaron satisfechos, incluso aunque probablemente los que estaban hasta enfrente quedaron chamuscados y sin cejas por todo el fuego expulsado en su show.



Acabó Falling y al menos la mitad del público se fue, pero ahí no terminaba la cosa, al punto de las 11 de la noche fue el turno de Alesana.


La banda tocó bien aunque no impresionante, pero debe decirse que sus verdaderos fans se divirtieron y demostraron su amor al quedarse a pesar de que casi al final de su presentación se soltó una torrencial lluvia que nos dejó a todos empapados.



Fuera de la música el festival estuvo medio chafa, al medio día los baños eran un asco, eso quizás es más reflejo de los asistentes que del festival pero aún así, parecía que los escasos baños estaban más porque los tenían que tener a fuerza que porque les importara la gente.
Las playeras oficiales estaban en 500 varos, un precio quizás común hoy en día, pero eran pocos los diseños que valían la pena, además de que la gran fila causada por una pobre organización te quitaba las ganas de acercarte siquiera.
Las opciones de comida fueron escasas y la verdad pobres, desgraciadamente ya estamos acostumbrados a los elevados precios, $100 por una Maruchan, $120 por unas papas ó $130 por una mísera tortita de pastor (que tampoco estaba tan bueno), no significa que se deban de seguir pasando de lanza con la gente, si no van a bajar precios, al menos den algo de calidad.
Yo le doy un 7 de calificación al festival, básicamente sólo por Killswitch y Falling que estuvieron geniales, los problemas de organización, audio y alimentos le dieron para abajo a un festival que tuvo oportunidad de tocar las estrellas y se quedó a medio vuelo.
Fotos por Cacique Entertainment y Karol Distortion.