Con un lleno total, Nach puso a vibrar a miles de almas que se rindieron ante un show espectacular que recorrió la historia y evolución del rapero desde sus inicios hasta el día de hoy.
Tras 5 años de su último álbum de estudio, una pandemia y crisis en el mundo, el rapero nacido en Alicante, España, regresó a nuestro país en una gira que lo lleva a puntos nunca antes visitados como Toluca, León o Merida, y que definitivamente tuvo su punto más alto en CDMX.
El pasado viernes 27 de octubre el Pepsi Center recibió a miles de fans del rap conciencia que acudían al llamado de quien para muchos es el mejor exponente del género en español.
La pronta apertura de puertas permitió que los más curiosos quedaran rezagados admirando la mercancía que nunca puede faltar en los conciertos, con playeras, gorras, calcetas y demás cosas disponibles, y permitió a los más emocionados la oportunidad de buscar estar lo más cerca del escenario y de la figura del rapero como fuera posible.
Acompañado por Tron Dosh en vocales, DJ Joaking en la consola y Javier Sala en los visuales, Nach prometió y cumplió a su audiencia un concierto emblemático que acarició la nostalgia y alcanzó el éxtasis en un paseo redondo por cada uno de sus discos así como colaboraciones recientes.
Desde el intro que anunciaba un concierto que haría temblar la CDMX hasta el Zócalo y que sería escuchado de Coyoacán a Tepito, el público inició los gritos y vítores que no cesarían hasta después de “bajado el telón”.
Salió Nach y comenzó la noche con “Yo no”, desde el segundo uno se pudo palpar la armonía de miles de corazones latiendo al unísono al ritmo de sus palabras, él se entregó por completo desde el primer momento y todo el Pepsi Center lo sintió.
El público, que se componía por “chavorrucos” y jóvenes en niveles similares, incluso con padres y sus hijos pequeños que el mismo rapero notó, fue recíproco, al compás del “Olé, olé, olé” y coreando su nombre, la CDMX hizo sentir a Nach el amor y emoción que estallaban tras la larga espera.
Nach estuvo siempre en comunicación con el público mostrando su alegría y agradecimiento de estar en ese escenario y compartiendo con cada una de las personas presentes.
Al principio, Nach mezcló canciones indiscriminadamente de varios de sus discos, como “Ni Estabas Ni Estarás” de Mejor Que El Silencio, “Urbanología” de A Través De Mí, “Amor Libre” de Poesía Difusa o “Mi gran Amor” de Almanauta, con sencillos y colaboraciones.
Pero después de un increíble interludio de DJ Joaking con voces operísticas y beatbox, Nach volvió para llevarnos a un puntual viaje a través de los años, con una canción de cada disco desde Poesía Difusa hasta Mejor Que El Silencio.
Entonces, para avivar aún más a un público de por sí ya ruidoso y emocionado, Nach anunció estar muy cerca de culminar su nuevo disco provocando con ello un ensordecedor estruendo que retumbó por todo el Pepsi Center.
Nach se disculpó por la tardanza con el nuevo disco, mencionó que la pandemia fue una época difícil para él como para muchos, y pidiendo a la gente alumbrar con la lámpara de sus celulares interpretó “Necesito”, producto de ese complicado periodo. Continuó con “El Idioma De Los Dioses”, “Rap Bruto” su colaboración con Residente y, a petición del público, un fragmento de los 9 minutos de “Manifiesto”.
Después de unas palabras de agradecimiento al público y de amor a nuestro país, y más ovaciones por parte de los presentes y gritos de “viejo sabroso”, Nach se despidió a lo “Grande” con la canción que lleva ese nombre, presentó a todos los involucrados en la realización del concierto para recibir reconocimiento, y se marchó del escenario dejando a todos con ganas de más. Después del incesante y clásico grito de “otra, otra, otra”, Nach volvió al escenario sin playera pero con una bandera de México que mantuvo cerca todo el tiempo y cantó la imperdible “Efectos Vocales”, para cerrar la noche con “Viviendo”.
La CDMX se rindió ante Nach y aclamó su nombre hasta que fue claro que la noche había terminado y no aparecería otra vez. La gente comenzó a salir emocionada y satisfecha de lo que acababa de presenciar.
El concierto de Nach en el Pepsi Center fue una grandiosa travesía de su historia musical, un feliz paseo por el camino de los recuerdos para aquellos que lo siguen hace años, y sin duda, una satisfactoria e impresionante experiencia para los más recientes seguidores.
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