🔥 The Amity Affliction en CDMX🔥

The Amity Affliction en CDMX
The Amity Affliction en CDMX

The Amity Affliction en CDMX: Catarsis, oscuridad y metalcore del fino

Una noche de intensidad en Supremo

El viernes 28 de marzo, el Supremo de la colonia Doctores se convirtió en un campo de batalla emocional con el regreso de The Amity Affliction a la Ciudad de México. La banda australiana entregó una noche cargada de intensidad, melancolía y riffs que sacudieron hasta al más duro. Y sí, fue tan brutal como queríamos.

Una nueva era con Jonathan Reeves

Con la salida de Ahren Stringer a principios de 2025, el bajo y las voces melódicas quedaron en manos de Jonathan Reeves (ex-Kingdom of Giants). Lejos de sentirse como un reemplazo, Reeves trajo un aire fresco, conservando la esencia emocional de Amity y encajó perfecto con el tono de la noche.

Junto a Joel Birch, Dan Brown y Joe Longobardi, la banda se mostró sólida, confiada y súper entregada de principio a fin del show.

Momentos clave del show

Aunque cada canción dejó su marca, hubo cuatro puntos clave donde la intensidad subió a niveles que solo The Amity Affliction puede lograr:

  • “Pittsburgh”: El grito de Joel para iniciar todo ya nos dejaba claro que sería una gran noche. El público respondió con un coro masivo que inundó todo el venue.
  • “Show Me Your God”: Oscura, violenta, con uno de los breakdowns más pesados de la noche. El pit explotó y no bajó la intensidad. Escuchar ese sample de Louie Knuxx (RIP) fue algo bien personal.
  • “Don’t Lean on Me”: Emotiva, dolorosa y abrazada por un público que coreó cada línea de una manera bien personal.
  • “All My Friends Are Dead”: Caos absoluto. La banda se entregó al máximo y el público también.

Producción, conexión y promesa de regreso

El sonido fue claro, potente y bien mezclado, lo que permitió disfrutar tanto de las líneas melódicas como del peso de los gritos. La iluminación acompañó cada cambio de ánimo, desde los pasajes más introspectivos hasta los momentos más viscerales.

Joel Birch fue directo y breve en sus interacciones, pero no por eso menos emotivo. Agradeció al público mexicano por seguir ahí después de tantos años y, a pesar de “hablo poco español”, nos transmitió su felicidad y ganas de volver.

Una noche que recordaremos mucho tiempo

The Amity Affliction en CDMX fue más que un show: fue una catarsis colectiva. Un momento para gritar lo que no se puede decir, para sanar lo que no se puede explicar. Para muchos, fue el mejor concierto del año hasta ahora.

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