El viernes 13 de junio, el Fuckoff Room se convirtió en cápsula del tiempo: Tolidos celebró los 17 años de su disco D para Drama con un show cargado de memorias y ese feeling que sólo una generación que se crío entre MySpace y riffs melódicos entiende.
Desde que Luis Cortés pisó el escenario, quedó claro que la noche iba más allá de un simple aniversario. Era una reunión emocional de amigos entre canciones que nos acompañaron en desamores adolescentes y una banda que, aunque ya rara vez toca completa, sigue siendo parte esencial del ADN del emo/pop-punk nacional.
El setlist fue una carta directa al corazón: El mundo puede esperar, Mueres por hacerlo, Último Baile y Hasta Hoy fueron coreadas con una mezcla de alegría y llanto colectivo. Cada canción activaba memorias: amores rotos, mensajes en Messenger, tardes en le Glorieta de Insurgentes. El drama sigue vivo pero ahora paga impuestos.
⚡ Lo que se sintió en el Fuckoff
El venue, con ese toque entre punk DIY y antro de culto, estaba repleto. Caras conocidas, fans de antaño, nuevos oyentes, e incluso músicos de otras bandas locales se dieron cita. Nadie se quedó en silencio, hubo lágrimas, hubo agradecimientos sinceros desde el escenario. Y aunque no estuvieron todos los miembros originales, eso no impidió que se sintiera como una auténtica fiesta Tolidos.
🧠 Luis Cortés fuera del escenario
Luis Cortés no solo se ha mantenido activo con Tolidos. Hoy por hoy, también está detrás de varios proyectos de producción musical, donde ha trabajado con artistas emergentes que exploran el indie, el synthpop y otros sonidos más alternativos. Su sensibilidad como productor se nota. Así mismo ha llevado a la vida proyectos como VRNS que aborda un lado más pop con sintetizadores de los 80’s mezclado con esa lírica sobre sentimientos que lo caracteriza.
Además, junto a Badía, de Leyendas Legendarias, lidera Real Antonios, una banda más experimental que mezcla sonidos electrónicos, estética VHS, los temas “terroríficos” y que ha captado la atención de una audiencia distinta, híbrida entre el contenido de Badía y la musicalidad de Luis, más dispuesta a explorar nuevos terrenos sonoros.
💔 Una noche que nos recordó por qué gritábamos “Te amo… Me odias”
Tolidos no necesita estar en gira permanente para seguir marcando. Basta un show como este para revivir lo que fueron —y lo que aún son. El público, ahora entre los 25 y 40, cantó con la misma intensidad de hace más de 20 años. Y mientras la escena emo vive un revival global, Tolidos demuestra que en México, el drama nunca murió… sólo creció con nosotros.
